Hábitos y rutinas de higiene infantil
La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de los niños, y establecer hábitos y rutinas de higiene adecuadas desde que son bebés, es fundamental para su bienestar físico y emocional.
Aunque inicialmente esta tarea corre a cargo de mamá, papá y cuidadores, cuando antes interioricen su importancia y todo lo que se debe llevar a cabo en este ámbito, antes lo aprenderán y les facilitará el hecho de integrar buenos hábitos en el futuro.
Porque la higiene infantil no solo se trata de mantener limpia la piel, uñas y el cabello de los niños, sino también de inculcarles hábitos que les ayuden a prevenir enfermedades, a desarrollar su autonomía, tener conciencia corporal y una buena autoestima.
En este artículo, exploraremos la importancia de los hábitos y rutinas de higiene infantil, así como algunas recomendaciones para implementarlos de manera efectiva.
Importancia de la higiene infantil
La higiene infantil desempeña un papel crucial en la prevención de enfermedades y en la promoción de la salud en los niños. Al enseñarles a lavarse las manos correctamente, a cepillarse los dientes regularmente y a bañarse con regularidad, se reducen significativamente las posibilidades de contraer infecciones y enfermedades contagiosas. Además, fomentar hábitos de higiene adecuados desde una edad temprana también contribuye al desarrollo de la autonomía, así como a forjar una buena autoestima y confianza en sí mismos, sintiéndose responsables de su cuerpo y de una parcela importante de su vida.
Hábitos y rutinas de higiene para niños
- Lavado de cara y manos: Enseñar a los niños a lavarse las manos antes y después de comer, después de ir al baño y después de jugar al aire libre es fundamental para prevenir la propagación de gérmenes y enfermedades. Es importante que utilicen agua y jabón y que se froten las manos durante al menos 20 segundos para asegurar una limpieza adecuada. Os animamos a hacerlo con una canción y/o pintarles dibujos que deben borrar para garantizar una limpieza efectiva.
- Cuidado dental: Inculcar hábitos de cepillado dental desde una edad temprana es fundamental para prevenir las caries y promover una buena salud bucal. Los niños deben cepillarse los dientes al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche, utilizando pasta dental con flúor y un cepillo de dientes suave y adecuado para su edad. Hasta que puedan hacerlo solos en profundidad, es importante que un adulto les ayude a repasar una vez hayan finalizado.
- Baño regular: Bebés y niños deben bañarse regularmente para mantener su piel limpia, hidratada y saludable. La frecuencia del baño puede variar según la edad del niño y su nivel de actividad, pero en general, se recomienda que se bañen al menos dos o tres veces por semana. Es importante utilizar productos suaves y específicos para la piel infantil y asegurarse de que el agua no esté demasiado caliente para evitar irritaciones. Aprovechad este momento para convertirlo en un momento de disfrute, relax y de bajar el ritmo al finalizar la jornada.
- Cambiarse ropa interior: Además del baño, cambiarse de ropa diariamente es un hábito importante y necesario para garantizar su higiene. Y aunque su misión a esta edad es jugar y disfrutar sin limitaciones, es importante que sean conscientes de que tampoco hay que destrozar la ropa y empezar a involucrarse en pequeñas tareas como llevarla al cesto de la ropa sucia. Cuando todavía son bebés, pueden iniciarse llevando los pañales a la papelera, de forma que vayan desarrollando su autonomía y empezando a tomar conciencia del control de esfínteres una vez llegado ese momento.
- Cuidado del cabello: El lavado regular del cabello es importante para mantenerlo limpio y libre de suciedad y residuos. Se recomienda lavar el cabello de los niños con champú suave y específico para su tipo de cabello, evitando el uso excesivo de productos químicos que puedan dañarlo, así como irritar sus ojos. Si este momento es complicado, ya que a muchos niños les molesta el agua en la cara y en los ojos, ayudaos de un cacito o similar y animarlos también a que sean ellos quienes se mojen para tener una mayor sensación de control.
- Corte de uñas: Mantener las uñas cortas y limpias es importante para prevenir la acumulación de suciedad y gérmenes. Se recomienda cortar las uñas de los niños regularmente, utilizando tijeras de punta redondeada para evitar accidentes, hay multitud de cuentos, canciones y recursos en los que os podéis apoyar si vuestro peque no tolera demasiado bien este momento.
- Limpiar y proteger las heridas: es vital inculcarles el hecho de que hay que limpiar y desinfectar siempre las heridas antes de taparlas, secarlas, ¡y luego siempre podrán elegir su tirita favorita!
- Sonarse la nariz usando pañuelos: Aunque los niños sienten predilección por buscar tesoros en su nariz ¡e incluso comérselos! es importante insistirles en el hecho de que deben usar pañuelos desechables, además de ser lo más higiénico, evita contagios. Antes de llegar a ese momento, los lavados nasales con suero serán vuestro mejor aliado, sobre todo en épocas de virus respiratorios.
¿Cómo fomentar hábitos de higiene en bebés y niños?
- Modelo a seguir: Los niños aprenden mejor observando el comportamiento de los adultos, por lo que es importante que los padres y cuidadores sirvan como modelos a seguir al practicar buenos hábitos de higiene ellos mismos. De esta forma aprenden y descubren, primero imitan a sus padres, cuidadores y figuras de apego, y poco a poco van adquiriendo las habilidades necesarias para poder imitar cualquier cosa que vean.
- Crear rutinas: Establecer rutinas diarias para la higiene, como lavarse las manos antes de las comidas, cepillarse los dientes antes de acostarse, masaje con loción hidratante después del baño… puede ayudar a los niños a interiorizar estos hábitos y hacerlos parte de su vida cotidiana. Crear una tabla de rutinas con vuestros principales hábitos y que ellos mismos puedan ir chequeando lo pendiente, los anima y los ayuda a ser más conscientes sin dispersarse.
- Hacerlo divertido: Convertir la higiene en una actividad divertida y agradable puede motivar a los niños a participar activamente en ella. Por ejemplo, utilizar jabones con formas y colores llamativos o cantar canciones mientras se cepillan los dientes puede hacer que la experiencia sea más placentera para los niños, ¡las posibilidades de juego en la bañera son infinitas sea cual sea su edad!
- Juego simbólico: el juego de imitación, el cual empieza a tomar protagonismo a partir de los dos años, les permite imitar y recrear situaciones de la vida real y adaptarlas a su gusto, combinando realidad e imaginación. Jugar a lavar sus muñecos, a médicos poniéndoles tiritas y tomándoles la temperatura, e incluso dedicar un día de la semana a orden y limpieza donde puedan lavar y tender ropita.
- Adaptar el entorno: Poner a su alcance todo lo necesario y que tengan a su disposición toallitas, pañuelos, taburete para acercarse al lavabo… el hecho de que desde bebés se les haga partícipes y que según vayan creciendo se adapte todo para que puedan ir haciendo por sí mismos lo que sea posible, hará que sea mucho más fácil que interioricen y lleven a cabo las diferentes rutinas.
Establecer hábitos de higiene adecuados desde la infancia es esencial para promover la salud, el bienestar, la autoestima y autonomía de los niños.
Al enseñarles a llevar a cabo e interiorizar todos estos hábitos se les está proporcionando las herramientas necesarias para mantenerse sanos y felices a lo largo de sus vidas.
Somos conscientes de que no es una tarea sencilla, de que los días a veces son muy largos y contamos con multitud de rutinas y tareas, pero poco a poco, con paciencia y amor, todo fluye y se hará mucho más llevadero. ¡No os perdáis todos los productos que os brindamos para poneros mucho más fácil las rutinas de aseo!
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